Historias que conectan territorios

Creo en una comunicación profundamente enraizada en el territorio, que se construye desde la experiencia colectiva y no desde las élites. Para mí, comunicar es mucho más que informar: es escuchar activamente, generar espacios de diálogo, recuperar las voces silenciadas y construir puentes entre las personas y sus contextos. Lo hago desde una convicción feminista, entendiendo que la comunicación también puede ser una herramienta para cuestionar los poderes instalados, visibilizar desigualdades y aportar a una transformación social real.

Desde mi lugar, impulso una forma de comunicar que defienda la descentralización, que reconozca el valor de vivir en regiones aisladas como Aysén y que ponga en el centro la dignidad de las personas. Me mueve la justicia social, la equidad territorial, la participación activa de las comunidades y el derecho a habitar un territorio con acceso, cultura, salud, educación y oportunidades. Comunicar, para mí, es sembrar conciencia, provocar pensamiento y abrir caminos hacia un desarrollo más justo y humano.